Para la sociología es todo un embrollo, la mitad de la humanidad se la pasa peleándose entre si, y el valor de la vida del hombre del siglo 21 se disgrega con las crisis económicas; si existiese vida en otro planeta tendríamos que resolver primero nuestra crisis de identidad planetaria, creernos el centro de las cosas a sido la constante del hombre como tal, Karl Sagan en el libro “el mundo y sus demonios” es receptivo acerca de la interpretación que le da el hombre a la vida que le es ajena y que no conoce. La vida extraterrestre, podría o no afectarnos en un futuro no muy lejano.
Suponemos pues, desde el origen de los tiempos que somos la única especie inteligente capaz de crear sociedades heterogéneas entre si y desarrollar métodos complejos de ciencia y tecnología. Pero no hemos sido capaz de alcanzar el desarrollo armonioso entre nosotros y los seres de la naturaleza de la tierra, ni tampoco hemos progresado equitativamente en el desarrollo de un ambiente mejor y sostenible para el cuidado del planeta como tal. sin embargo el 60% de los inventos realizados por el hombre han sido engendrados en la maquinaria bélica, tal vez, después de todo le debamos mucho a las guerras por que propiciaron en nosotros el germen de la “prosperidad auto destructiva”.
Si existiera vida en otro planeta tal vez supondríamos que hay dos caminos en que soñar, el primero toparnos con una civilización igual o mas avanzada que la de nosotros, o el segundo pensar que no hay ninguna esperanza de vida, o tal vez saber que hemos encontrado bacterias en los planetas en donde hemos mandado misiones de exploración. En la primera opción podríamos toparnos con la cultura de “paz y amor” de los hipies espaciales, por otro lado podríamos caer en la gran patética amenaza espacial y tal vez terminaríamos desapareciendo por las cuestiones de la teoría de Charles Darwin.
Nos gusta inventar que peleamos con nuestro alter ego, enfrentarnos en un futuro hipotético con nuestro yo mezquino es estupendo, no hay mas temor para el hombre que mirarse al espejo y ver reflejado en su sombra su interior, ese miedo a lo desconocido nos produce morbo, todo lo contrario si la vida en otro universo es insignificante tal vez la aplastaríamos como a cucarachas, al fin al cabo somos superiores por que temer, viviremos y reinaremos por un par de millones de años mas.
Como las cucarachas a veces nos tratamos entre si, y al menos en esas relaciones entre terrestres somos extraterrestres, somos cercanos pero lejanos al mismo tiempo. La vida como tal en el planeta no es valorada, valoramos lo novedoso, lo extraño paro nuestro sistema, nuestro planeta, ¿en realidad lo valoramos?. Muchas cumbres se ha realizado en términos de tratados ambientales, las reuniones del Brasil en Rio de Janeiro , el tratado de Tokio y otros muchos no han corregido nuestro destino, que es ser destruidos con nuestras propias manos. Que pensaran los que nos ven como hormigas a miles de años luz, tal ves seamos nosotros mismos lo que veamos en nuestro interior si hemos aportado por una solución adecuada a nuestro destino planetario.
Suponemos pues, desde el origen de los tiempos que somos la única especie inteligente capaz de crear sociedades heterogéneas entre si y desarrollar métodos complejos de ciencia y tecnología. Pero no hemos sido capaz de alcanzar el desarrollo armonioso entre nosotros y los seres de la naturaleza de la tierra, ni tampoco hemos progresado equitativamente en el desarrollo de un ambiente mejor y sostenible para el cuidado del planeta como tal. sin embargo el 60% de los inventos realizados por el hombre han sido engendrados en la maquinaria bélica, tal vez, después de todo le debamos mucho a las guerras por que propiciaron en nosotros el germen de la “prosperidad auto destructiva”.
Si existiera vida en otro planeta tal vez supondríamos que hay dos caminos en que soñar, el primero toparnos con una civilización igual o mas avanzada que la de nosotros, o el segundo pensar que no hay ninguna esperanza de vida, o tal vez saber que hemos encontrado bacterias en los planetas en donde hemos mandado misiones de exploración. En la primera opción podríamos toparnos con la cultura de “paz y amor” de los hipies espaciales, por otro lado podríamos caer en la gran patética amenaza espacial y tal vez terminaríamos desapareciendo por las cuestiones de la teoría de Charles Darwin.
Nos gusta inventar que peleamos con nuestro alter ego, enfrentarnos en un futuro hipotético con nuestro yo mezquino es estupendo, no hay mas temor para el hombre que mirarse al espejo y ver reflejado en su sombra su interior, ese miedo a lo desconocido nos produce morbo, todo lo contrario si la vida en otro universo es insignificante tal vez la aplastaríamos como a cucarachas, al fin al cabo somos superiores por que temer, viviremos y reinaremos por un par de millones de años mas.
Como las cucarachas a veces nos tratamos entre si, y al menos en esas relaciones entre terrestres somos extraterrestres, somos cercanos pero lejanos al mismo tiempo. La vida como tal en el planeta no es valorada, valoramos lo novedoso, lo extraño paro nuestro sistema, nuestro planeta, ¿en realidad lo valoramos?. Muchas cumbres se ha realizado en términos de tratados ambientales, las reuniones del Brasil en Rio de Janeiro , el tratado de Tokio y otros muchos no han corregido nuestro destino, que es ser destruidos con nuestras propias manos. Que pensaran los que nos ven como hormigas a miles de años luz, tal ves seamos nosotros mismos lo que veamos en nuestro interior si hemos aportado por una solución adecuada a nuestro destino planetario.
1 comentarios:
Hola que bueno este post, es que realmente debemos pensar primero en arreglar la vida en nuestro planeta antes que irnos a meter a intentar cambiar la de otros, además con lo destructivos con nuestro propio habitat, para que ir a explorar otro si muy probablemente iremos a destruirlo también. Es que sencillamente esa mania humana de jugar a ser Dios ningun bien ha traido.Saludos
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