Entrevista a Noam Chomsky en Radio Ouverture, 89,3 FM (19/10/98)
Título original: Interview with Chomsky
Autor: Noam Chomsky
Origen: Radio Ouverture (Canadá), Octubre 1998
Traducción: John Rattagan, Julio 1999
Radio Ouverture: ¿Cuán importante es para los medios masivos controlar la mente del público? Chomsky: Debemos siempre preguntarnos lo siguiente: ¿importante en qué sentido? Pues para el público, es importante que su mente no sea controlada por nadie. Para el público, es importante que los medios masivos le ofrezcan un espacio de discusión y debate y que presenten los temas relevantes, en la medida de sus posibilidades, de la manera más honesta posible. Pero esto visto desde el punto de vista del público. Para los medios en sí (por esto me refiero a los dueños, los gerentes y su mercado, o sea, la publicidad y otros sistemas de poder dentro de la sociedad) el control de la mente del público es extremadamente importante. Y esta no es una simple hipótesis. Han sido ellos muy claros al respecto durante los últimos 70 u 80 años. Tanto, que fue este un tema abiertamente debatido así en los E.E.U.U. como en Inglaterra. No sé si fue el caso de Canadá. Alrededor de los tiempos de la Gran Guerra, en los '20, los derechos personales se expandieron. Hasta ese entonces, la toma de decisiones estaba asignada a aquellos a quienes la propiedad les otorgaba derechos. Hubo grandes luchas populares a finales del siglo XIX y a principios del XX y muchos derechos fueron conquistados, incluso el derecho al voto, lo cual presentó serios problemas tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, las democracias más importantes de la época. Y la respuesta fue idéntica en ambos casos. No podemos controlar más a la gente por la fuerza. Al menos no como antes. Así que mejor destinemos nuestros esfuerzos para controlar sus creencias y actitudes.
Ud. ha argumentado que la intención de los medios, tanto de los gerentes como de los periodistas, es de mantener a la gente apática y a la vez desviar su interés para que no participen en forma activa en los procesos políticos. ¿Cómo calificaría sus intenciones? ¿Son realmente conscientes de sus acciones o simplemente conforman inconscientemente a la ideología dominante? ¿Cuál es la dinámica que gobierna sus actos?
Depende a quién te refieres. Si estás hablando de los líderes de los medios (teorizadores, figuras de la industria de las relaciones públicas, intelectuales que escriben sobre la democracia, etc.) entonces son absolutamente conscientes. Si te refieres a la gente que está involucrada en el sistema, entonces es mayormente inconsciente. Pero no del todo. Muchos se dan cuenta de qué es lo que se ven obligados a hacer y luchan contra eso. Pero generalmente solo triunfas dentro del sistema si has, en mayor o menor medida, internalizado sus valores. De eso se trata una buena educación. Y esto no solo se aplica a los medios, también se puede aplicar al mundo intelectual y a la totalidad de lo que podríamos llamar instituciones ideológicas.
¿Es posible mantener nuestros principios dentro de este tipo de negocio mediático? ¿Pueden modificarse desde dentro? ¿Cuando vemos a la CNN, UPI, AP, todos esos medios informativos gigantes, es posible cambiarlos desde dentro o debemos emprender formas alternativas desde afuera?
Ambas cosas. Y esos no son los únicos modos. Cualquier institución, incluso los estados fascistas, es susceptible a la presión pública. Y por cierto que los medios, en sociedades relativamente libres, también lo son. En realidad, se han producido cambios substanciales, algunos de ellos positivos durante los últimos treinta años como resultado de intensa presión pública, principalmente a partir de los hechos producidos en la década del 60 y que luego continuaron. Este fue un cambio notable en los medios, no solo por la forma en que se ocupan de los temas sino también por quien se encarga de ellos. Mucha de la gente que trabaja en los medios vivió esa experiencia y eso los transformó. Por lo que sí que hay cosas que pueden hacerse y muchos periodistas íntegros son conscientes de estos apremios y presiones. Y son incluso mucho más cínicos que yo ya que cuentan con la experiencia personal y tratan de hacer las cosas a su manera en los espacios que se les presentan. Tengo algunos amigos cercanos que son distinguidos reporteros y que debieron retirarse porque no aguantaban más.
En cuanto a la concentración de la prensa, algunas personas en Canadá están preocupadas porque Conran Black es dueño de demasiados periódicos. ¿Ud. ve la concentración de la prensa como un problema o son simplemente las mismas estructuras con un dueño distinto?
Es un problema serio. La concentración de los medios de prensa es un fenómeno que viene sucediendo a lo largo de este siglo. Y por cómo los medios se han concentrado, por supuesto que atentan contra la diversidad tal como es. Las restricciones legales para emprender nuevos proyectos mediáticos, las mega corporaciones y los medios corporativos han producido una concentración muy importante. Así por ejemplo en los E.E.U.U., durante la década del 50, existían aproximadamente 800 periódicos o semanarios que llegaban a las manos de 20 ó 30 millones de personas por semana. Les llegaba una visión del mundo muy variada. Y si retrocedemos aún más hacia principios de siglo, las opciones eran aún más diversas. La reciente ola de concentración está reduciendo al periodismo mundial a unas pocas mega corporaciones. Y, por supuesto, es redundante discutir sus efectos sobre la democracia y la libertad. Son obvios.
Título original: Interview with Chomsky
Autor: Noam Chomsky
Origen: Radio Ouverture (Canadá), Octubre 1998
Traducción: John Rattagan, Julio 1999
Radio Ouverture: ¿Cuán importante es para los medios masivos controlar la mente del público? Chomsky: Debemos siempre preguntarnos lo siguiente: ¿importante en qué sentido? Pues para el público, es importante que su mente no sea controlada por nadie. Para el público, es importante que los medios masivos le ofrezcan un espacio de discusión y debate y que presenten los temas relevantes, en la medida de sus posibilidades, de la manera más honesta posible. Pero esto visto desde el punto de vista del público. Para los medios en sí (por esto me refiero a los dueños, los gerentes y su mercado, o sea, la publicidad y otros sistemas de poder dentro de la sociedad) el control de la mente del público es extremadamente importante. Y esta no es una simple hipótesis. Han sido ellos muy claros al respecto durante los últimos 70 u 80 años. Tanto, que fue este un tema abiertamente debatido así en los E.E.U.U. como en Inglaterra. No sé si fue el caso de Canadá. Alrededor de los tiempos de la Gran Guerra, en los '20, los derechos personales se expandieron. Hasta ese entonces, la toma de decisiones estaba asignada a aquellos a quienes la propiedad les otorgaba derechos. Hubo grandes luchas populares a finales del siglo XIX y a principios del XX y muchos derechos fueron conquistados, incluso el derecho al voto, lo cual presentó serios problemas tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, las democracias más importantes de la época. Y la respuesta fue idéntica en ambos casos. No podemos controlar más a la gente por la fuerza. Al menos no como antes. Así que mejor destinemos nuestros esfuerzos para controlar sus creencias y actitudes.
Ud. ha argumentado que la intención de los medios, tanto de los gerentes como de los periodistas, es de mantener a la gente apática y a la vez desviar su interés para que no participen en forma activa en los procesos políticos. ¿Cómo calificaría sus intenciones? ¿Son realmente conscientes de sus acciones o simplemente conforman inconscientemente a la ideología dominante? ¿Cuál es la dinámica que gobierna sus actos?
Depende a quién te refieres. Si estás hablando de los líderes de los medios (teorizadores, figuras de la industria de las relaciones públicas, intelectuales que escriben sobre la democracia, etc.) entonces son absolutamente conscientes. Si te refieres a la gente que está involucrada en el sistema, entonces es mayormente inconsciente. Pero no del todo. Muchos se dan cuenta de qué es lo que se ven obligados a hacer y luchan contra eso. Pero generalmente solo triunfas dentro del sistema si has, en mayor o menor medida, internalizado sus valores. De eso se trata una buena educación. Y esto no solo se aplica a los medios, también se puede aplicar al mundo intelectual y a la totalidad de lo que podríamos llamar instituciones ideológicas.
¿Es posible mantener nuestros principios dentro de este tipo de negocio mediático? ¿Pueden modificarse desde dentro? ¿Cuando vemos a la CNN, UPI, AP, todos esos medios informativos gigantes, es posible cambiarlos desde dentro o debemos emprender formas alternativas desde afuera?
Ambas cosas. Y esos no son los únicos modos. Cualquier institución, incluso los estados fascistas, es susceptible a la presión pública. Y por cierto que los medios, en sociedades relativamente libres, también lo son. En realidad, se han producido cambios substanciales, algunos de ellos positivos durante los últimos treinta años como resultado de intensa presión pública, principalmente a partir de los hechos producidos en la década del 60 y que luego continuaron. Este fue un cambio notable en los medios, no solo por la forma en que se ocupan de los temas sino también por quien se encarga de ellos. Mucha de la gente que trabaja en los medios vivió esa experiencia y eso los transformó. Por lo que sí que hay cosas que pueden hacerse y muchos periodistas íntegros son conscientes de estos apremios y presiones. Y son incluso mucho más cínicos que yo ya que cuentan con la experiencia personal y tratan de hacer las cosas a su manera en los espacios que se les presentan. Tengo algunos amigos cercanos que son distinguidos reporteros y que debieron retirarse porque no aguantaban más.
En cuanto a la concentración de la prensa, algunas personas en Canadá están preocupadas porque Conran Black es dueño de demasiados periódicos. ¿Ud. ve la concentración de la prensa como un problema o son simplemente las mismas estructuras con un dueño distinto?
Es un problema serio. La concentración de los medios de prensa es un fenómeno que viene sucediendo a lo largo de este siglo. Y por cómo los medios se han concentrado, por supuesto que atentan contra la diversidad tal como es. Las restricciones legales para emprender nuevos proyectos mediáticos, las mega corporaciones y los medios corporativos han producido una concentración muy importante. Así por ejemplo en los E.E.U.U., durante la década del 50, existían aproximadamente 800 periódicos o semanarios que llegaban a las manos de 20 ó 30 millones de personas por semana. Les llegaba una visión del mundo muy variada. Y si retrocedemos aún más hacia principios de siglo, las opciones eran aún más diversas. La reciente ola de concentración está reduciendo al periodismo mundial a unas pocas mega corporaciones. Y, por supuesto, es redundante discutir sus efectos sobre la democracia y la libertad. Son obvios.
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